El abandono de su padre casi lo destruye

Cuando Erik Aragón tenía 11 años de edad, su padre lo abandonó dejando una profunda herida en su corazón.

“Que mi papá se haya ido significó para mí algo muy doloroso porque yo no me esperaba que me abandonara. Realmente, era un amigo para mí”, relata Erik.

Al pasar de los años, ese vacío por la ausencia de su padre se hizo más grande.

“Empezamos a conocer qué es el alcohol, empezamos a juntarnos con pandillas y me dejé llevar…”, precisa.

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