Esta bien pedir ayuda

Pedir ayuda se torna muchas veces en algo muy dificil de hacer para cualquier persona. En muchos casos esperamos a que el agua nos llegue al cuello para atrevernos a pedir ayuda. Sin embargo Dios nos dice en su palabra que está bien pedir ayuda.

Lucas 11:10
“Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Lucas 11:9
“Y yo os digo: pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”.

¿Por qué no pedimos ayuda?

¿Qué es lo que se interpone? ¿Qué es lo que detiene nuestra voluntad?

En la mayoría de los casos es el orgullo, que se manifiesta a través de las siguientes formas:
1. Verguenza o pena. “No quiero ser visto como un necesitado, me da pena pedir”.
2. Temor a ser rechazado, a que se nos diga lo siento no puedo, o no quiero. Esto lo percibimos como un rechazo personal, y el rechazo golpea nuestro orgullo.
3. Temor a que conozcan mi realidad y mis necesidades, especialmente si es algo que he estado ocultando.
4. Temor que conozcan mis debilidades y me convierta en una persona vulnerable, fácil de atacar y manipular.
5. Creerme auto-suficiente, que yo puedo sin la ayuda de nadie

Eclesiastes 4:9-10: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.

Romanos 12:3: Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

6. Pensamos que otros no pueden ayudarme, no quieren ayudarme, esto es algo que no sabremos hasta que vayamos y toquemos esa puerta.
7. Factor cultural: No se nos enseñó a pedir ayuda o se nos enseña que es algo inapropiado pedir ayuda. Al niño hay que enseñarle desde pequeño a pedir ayuda cuando la necesita.
8. Queremos vernos como victimas, que nos vean sufriendo, pensando que “Se darán cuenta y vendran a ayuadarme”.
9. No se reconoce que se necesita ayudapor lo tanto no se pide.
10. Que no merecemos la ayuda.
11. No queremos convertirnos en una carga para otros.

¿Que se gana al pedir ayuda?
· Superar miedos, inseguridades, la pena, la timidez, el orgullo, y decidir motivado por la razón y no pr las emociones,
· Descubrir que asi como hay personas que no se interesan en las necesidades de su projimo, también hay muchas personas generosas y de buen corazón, dispuestas a compartir lo que tienen.
· Que Dios puede inclinar el corazón de los que pueden a favor nuestro.

Proverbios 21:1: “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina”

Por ejemplo, Dios inclinó el corazón del Rey en favor de Nehemías y le dió lo que necesitaba para reconstruir a Judá.

· Que Dios puede abrir puertas para nosotros que nadie puede cerrar.

2 Corintios 2:12: “Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor”.

Apocalipsis 3:8: “Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre”.

· Dios está entre los que me ayudan

Salmo 118:7: “Jehová está conmigo entre los que me ayudan; Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen”.

· Dios nuestra fuente primaria donde buscar ayuda.

Salmo 121:1: Alzaré mis ojos a los monte ¿De dónde vendrá mi socorro?

¿Como pedir ayuda?

· Acerquémonos confiadamente.

Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno Socorro”.

· Con plena certidumbre de fe

Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

Filipenses 4:6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.