Las secuelas de una formación religiosa estricta

Martín Maldonado relata cómo su niñez se vio afectada por la educación extremadamente religiosa que sus padres le infundieron.

“Todo era pecado, jugar con pistolitas de agua… eso es pecado, no podíamos ver televisión porque era del diablo, cosas muy exageradas. Casi que no comíamos sopa de letras porque se formaba la palabra diablo…”, añade.

Esta formación condujo a Martín a tener una doble vida. Pero, la rebeldía predominó y casi pierde la vida.

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